Juan Carlos Lastiri
Siguiendo el relato del Presidente
Enrique Peña, eran las cuatro de la mañana cuando sonó su teléfono celular y al
contestarlo, escucho del otro lado de la línea al Secretario de Gobierno Miguel
Ángel Osorio Chong quien le daba la noticia de que se había logrado la captura
de Servando Gómez Martínez, alías “La Tuta”, el
delincuente más buscado de estos días en nuestro país. Después del sobresalto
el Presidente Peña le dijo, “Miguel si me
despiertas a estas horas para darme este tipo de noticias hazlo cuantas veces
sea necesario”.
Y no es para menos el comentario, La Tuta representa a uno
de los últimos líderes que fueron capaces de aterrorizar a toda una entidad
federativa, Michoacán, cooptando todos los niveles de gobierno. A través de los
grupos delincuenciales conocidos como la Familia Michoacana y después con los
llamados Caballeros Templarios, se vulneró el Estado de Derecho de la sociedad
michoacana y se sometió a todos a las leyes que estos grupos delincuenciales
dictaban, a tal grado que se descubrió que los Caballeros Templarios tenían
códigos de actuación para sus miembros y para la sociedad. Luego de la ola de
violencia que se desató en Michoacán tras el surgimiento de grupos de
autodefensa integrados por productores agrícolas, quienes estaban cansados del
sometimiento, las extorsiones y secuestros perpetrados por Los Caballeros
Templarios, se decidió implementar una estrategia de apoyo a la entidad en
coordinación con el Gobierno del Estado.
A principios de enero del 2014 el
Presidente Peña nombró a Alfredo Castillo Comisionado Federal en Michoacán, con
la encomienda de contener a los grupos delictivos y al movimiento de
autodefensas formado para enfrentar a los criminales. Sin importar colores
partidistas el Comisionado desarrolló su tarea en coordinación con los
diferentes órdenes de gobierno y dejó en claro que la estrategia federal no
admitiría impunidad de ningún grupo político vinculado a la delincuencia, esto
fue a tal grado que hoy uno de los hijos del exgobernador Fausto Vallejo sigue
un proceso por posibles vínculos con La Tuta.
A poco más de un año de la
implementación de esta estrategia impulsada por el Gobierno Federal es claro
que los objetivos se han cumplido; el primero de estos logros es el
debilitamiento innegable del grupo delictivo Los Caballeros Templarios, cuya
estructura está prácticamente desmantelada;el segundo es que las autoridades
han conseguido la transición de manera pacífica de los grupos de autodefensa a
cuerpos de policía rural; y el tercero se observa en la ciudadanía que vuelve a
retomar sus actividades cotidianas.Y hoy con la detención de La Tuta podemos
decir que se corona la Estrategia Federal para la seguridad en Michoacán y se
da el paso más importante para lograr la estabilidad social y recuperar el
Estado de Derecho perdido ya que se logra la desarticulación de los Caballeros
Templarios.
Hay mucho por hacer aún en nuestro país en la materia pero, debemos
reconocer las fuerzas de seguridad del país: Ejército Mexicano, Marina,
Procuraduría General de la República, Policía Federal y al Centro de
Investigación y Seguridad Nacional; son instituciones del Estado mexicano que
trabajan en una estrecha y amplia coordinación, y cuyos esfuerzos han permitido
la detención de delincuentes de alta peligrosidad. Esto ha permitido reforzar
la fortaleza de las instituciones de gobierno y ha dado certeza a la sociedad
de que estamos avanzando y se sigue trabajando para lograr el México de
paz y de seguridad que toda la sociedad
mexicana queremos.
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