Es
escandaloso el modo de vivir que ostentan algunos políticos que
quedaron atrapados en la burbuja que aparta la realidad colectiva de
las mayorías en crisis en contrapunto con el sacrosanto paraíso
fiscal en el que viven de la mano con una minoría que tiene
secuestrado el poder y defiende su postura a toda costa, sin ningún
remordimiento.
Parece
que en toda esa escuela reformista, "moderna" y discursiva
que ha criado en su seno a los niveles de poder, no cabe la crítica
que es emanada de la voz de la razón; un grito desesperado pide
auxilio de su cruel desgracia y nadie voltea a reflexionar; hasta los
que comparten la tierra y el dolor se inmutan ante el sollozo de paz
que enuncian sus iguales, sus hermanos y padres.
¿Dónde
quedó la irritabilidad?
Aquel
reflejo natural que los seres vivos tienen ante las inclemencias del
medio ambiente, y que sirve de inspiración para poder adaptarse a
los estrechos movimientos naturales, se han perdido en el ser social
colectivo que acepta verdades absolutas; pequeñas verdades absolutas
que sin ninguna resistencia entran a lo más hondo de la mente y se
anclan en el espíritu, donde probablemente nunca salgan, y así…
Comienzan
las pequeñas verdades que le han enseñado al sumiso su arte:
Besa
la mano del cura; entra a clases al oír la campana; hagan formación
entre alumnos: toma distancia; la maestra y el maestro siempre tienen
razón porque su conocimiento viene desde las alturas; desde la
tarima a un costado del escritorio, y sobre todo, se elimina la
memoria colectiva de la historia, los valores del civismo y comienza
la transmutación a humanoides programados para creer y jamás para
dudar.
La
duda se elimina, la duda metódica nunca existió y sobre todo, la
muerte de toda esperanza generadora de fe en el conocimiento es
desmantelada porque las generaciones estarán llenas de apatía por
vivir, de apatía por soñar, de apatía por recibir las grandes
cualidades de la virilidad de la juventud que no es más que su
sagrada rebeldía orientada para hacer adultos lideres y autónomos
que jamás han de ser, por incómodos al status quo.
Dicho
lo cual, es expuesto el por qué de la aceptación a los fraudes
electorales. Es ilógica la aceptación de partidos que obtienen los
triunfos en medio de escandalosos y dudosos procesos electorales como
la de 1988, 2006, 2012.
Imaginemos
el masoquismo que implica votar por el PRI y el PAN; la inconsciencia
de tirar basura y la desidia de participar como ciudadanos en las
actividades que nos competen, ya que todo el cuadro de
comportamientos apáticos sólo nos lleva a un resultado: ¡El PRI es
la primera fuerza política electa en la cámara de Diputados! ¡En
Puebla el goce político es para el PRI y el PAN! ¿Cómo puede ser
posible eso, si son los partidos que representan mayor desconfianza
en la población?
Y
bueno, querido lector, no quiero que mis letras sean tomadas como
navajas de reproches pero sin duda es culpa de la mayoría que
mantiene una postura alejada a los asuntos sociales y sin duda todo
este mar de cadenas culturales que nos hacen alejados de nuestra
universalidad y la propia cosmogonía, es la que ha mantenido que
este régimen tenga un pueblo entero “Pies para arriba”. El
ejemplo claro es la cruel concesión de primera ronda de crudo
nacional a empresarios ligados al poder, sean nacionales o
extranjeros.
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