Hace
unos días, el pasado 3 de julio recordamos que en 1955 por primera
vez, las mujeres mexicanas emitieron su voto.
Coincidentemente
con esta fecha, leía el último libro publicado de Eduardo Galeano:
“Mujeres”1
una antología que procede de varios
libros, y que como bien se menciona “(…) cuenta la intensidad de
personajes femeninos atravesados por el peso de una causa (…) y
hace “de la mujer un eje vertebrador de su creación, para
defender, en ella y en su reivindicación, la dignidad, siempre
precaria, del ser humano.”
Por
eso rescato algunas de las historias de diversas mujeres que
reivindican magistralmente escritas por el autor, la lucha de las
mujeres en el camino para lograr la garantía y protección de
nuestros derechos:
“DORIA
En
El Cairo, en 1951, mil quinientas mujeres invadieron el Parlamento.
Durante
horas estuvieron allí, y no había manera de sacarlas. Clamaban que
el Parlamento era mentira, porque la mitad de la población no podía
votar ni ser votada.
Los
líderes religiosos, representantes del cielo, en el cielo pusieron
el grito: ¡El voto degrada a la mujer y
contradice su naturaleza!
Los
líderes nacionalistas, representantes de la patria, denunciaron por
traición a la patria a las militantes del sufragio femenino.
El
derecho al voto costó, pero a la larga salió. Fue una de las
conquistas de la Unión de Hijas del Nilo. Entonces el gobierno
prohibió que se convirtieran en partido político, y condenó a
prisión domiciliaria a Doria Shafik, que era el símbolo vivo del
movimiento.
Eso
no tenía nada de raro. Casi todas las mujeres egipcias estaban
condenadas a prisión domiciliaria. No podían moverse sin permiso
del padre o del marido, y muchas eran las que sólo salían de casa
en tres ocasiones: para ir a La Meca, para ir a su boda y para ir a
su entierro.”
“LA
MUJERES SON PERSONAS
En
el día de hoy, 18 de octubre, del año de 1929, la ley reconoció,
por primera vez, que las mujeres de Canadá son personas.
Hasta
entonces, ella creían que eran, pero la ley no.
La
definición legal de persona no incluye a las mujeres,
había sentenciado la Suprema Corte de Justicia.
Emily
Murphy, Nellie MacClung, Irene Parlby, Henrietta Edwards y Louise
McKinney conspiraron mientras tomaban el té.
Ellas
derrotaron a la Suprema Corte.”
“LA
GUILLOTINA
No
sólo los hombres perdieron la cabeza por ella. También hubo
mujeres, que la guillotina mató y olvidó, porque no eran
importantes como la reina María Antonieta.
Tres
casos ejemplares:
Olympia
de Gouges fue decapitada por la revolución francesa, en 1793, para
que no siguiera creyendo que también las mujeres son ciudadanas;
En
1943, Marie-Louise Giraud marchó al patíbulo, e París, por haber
practicado abortos, actos criminales contra la familia francesa;
Mientras
al mismo tiempo en Múnich, la guillotina cortaba la cabeza a una
estudiante, Sophie Scholl, por distribuir panfletos contra la guerra
y contra Hitler:
-Qué
pena -dijo Sophie-. Un día tan lindo, con este sol, y yo me tengo
que ir.”
“EL
ZAPATO
En
1919, la revolucionaria Rosa Luxemburgo fue asesinada en Berlín.
Los
asesinos la rompieron a golpes de fusil y la arrojaron a las aguas de
un canal.
En
el camino, ella perdió un zapato.
Alguna
mano recogió ese zapato, tirado en el barro.
Rosa
quería un mundo donde la justicia no fuera sacrificada en nombre de
la libertad, ni la libertad fuera sacrificada en nombre de la
justicia.
Cada
día, alguna mano recoge esa bandera.
Tirada
en el barro, como el zapato.”
“LIBERTADORAS
MEXICANAS
Y
se acabó la fiesta del Centenario, y toda esa fulgurante basura fue
barrida.
Y
estalló la revolución
La
historia recuerda a los jefes revolucionarios, Zapata, Villa y otros
machos machos. Las mujeres, que en silencio vivieron, al olvido
fueron.
Algunas
pocas guerreras se negaron a ser borradas:
Juana
Ramona, la Tigresa, que tomó varias ciudades por asalto;
Carmen
Vélez, la Generala, que dirigió trescientos hombres;
Ángela
Jiménez, maestra en dinamitas, que decía ser Ángel Jiménez;
Encarnación
Mares, que se cortó las trenzas y llegó a subteniente escondiéndose
bajo el ala del sombrerote, para que no
se me vea la mujer en los ojos;
Amelia
Robles, que tuvo que ser Amelio, y llegó a coronel;
Petra
Ruiz, que tuvo que ser Pedro, la que más balas echó para abrir las
puertas de la ciudad de México;
Rosa
Bobadilla, hembra que se negó a ser hombre y con su nombre peleó
más de cien batallas;
Y
María Quinteras, que había pactado con el Diablo y ni una sola
batalla perdió. Los hombres obedecían sus órdenes. Entre ellos, su
marido.”
Estos
cinco relatos sólo son una muestra de la riqueza contenida en ciento
setenta, todos de enorme compromiso tanto social, como, con los
derechos humanos; contenido en el libro “Mujeres”
como en todos los textos de la autoría de Eduardo Galeano,
extraordinario periodista y escritor, fallecido recientemente, Sin
duda de obligada lectura.
Correo
electrónico: rociog@prodigy.net.mx
Tuiter:
@rgolmedo
Facebook:
Palabra de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.blogspot.com
1
Galeano Eduardo (2015) Mujeres. México, D.F. Siglo XXI
Editores, 2015.
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