La
historia de una niña permeó en mi imaginario cuando leí la
patética declaración del Senador Víctor Hermosillo y Celada al
expresar que con el ejercicio de los derechos a la libertad y a la
libertad de elegir y decidir de las mujeres “les ha ido peor”.
Lenguaje
excluyente, denigrante, misógino, que borra de un tajo la lucha
histórica que hemos dado muchas mujeres por alcanzar en condiciones
de igualdad los derechos protegidos en el marco jurídico mexicano e
internacional; que proviene de un hombre que ostenta una
representación política, y ello lo obliga a defender derechos que
muy seguramente en su carrera política ha aprobado con su voto,
característica de la doble moral que les caracteriza; y refleja sin
duda la carga androcéntrica que permea todavía en un sector
conservador, y que ha sido la puerta abierta para un sinnúmero de
violaciones a los derechos humanos de las niñas y las mujeres.
Esta
niña por ejemplo se preguntaba desde pequeña ¿Qué grado de
libertad podría tener una niña? ¡Claro! Lo hacía en el contexto
de vida de un país como Pakistán, ya que nació en un valle llamado
Mingora.
Y
esta pregunta sería bueno que la respondiera el Señor Senador ¿qué
grado entonces de “libertad” deberíamos tener las mujeres y las
niñas en México?
Tal
vez para este Señor Senador las niñas no deberían ir a la escuela,
porque justo es la educación el primer paso para hacer conciencia de
que somos humanas y tenemos derechos y eso para él es dañino para
las mujeres, por lo tanto la lucha que casi llevó a la muerte a
Malala en “pro de la educación de las niñas y contra aquellos,
como los talibanes, que querían mantenernos ocultas” (Malala,
2014:17) ¿ha sido en vano?
¿Han
sido en vano también –para él por supuesto- los esfuerzos para
que las mujeres denuncien a sus agresores? ¿No importa que 7 de cada
10 mujeres sean víctimas de alguno de los tipos de violencia?
¿No
importa que todavía en México 42.7 mujeres por cada 100 mil
nacimientos mueren, o que el 17.7% de embarazos en el país sean de
niñas menores de 20 años, o, los porcentajes que existen de cáncer
de mama y cáncer cérvico uterino, o que la cuarta parte (25%) de
los hogares mexicanos tienen jefatura femenina?
Tal
vez tampoco el señor Senador reconocerá la aportación en el
ingreso de los hogares que realizamos las mujeres: el 88.1% de los
ingresos de las mujeres son de procedencia directa, o que en el 31.0%
de los hogares mexicanos las mujeres son las principales preceptoras
del hogar; entre muchos otros datos1
que hoy ya se han hecho visibles y que sustentan porqué las mujeres
mexicanas necesitamos que el ejercicio de nuestros derechos a la
libertad y a la libertad de elegir y decidir de las mujeres, se
garantice.
Por
eso son patéticas sus declaraciones Senador, por eso lamentamos que
su voz aliente una cultura hacia la violación de la garantía que
las mujeres hemos conquistado para ejercer nuestros derechos con
libertad, invisibilizando la contribución que hacemos las mujeres ya
que según Usted, si las mujeres ejercemos nuestros derechos “nos
va peor”.
Respetar, defender, proteger y garantizar los derechos
de las mujeres está consagrado en la Constitución -Señor Senador-
incluso precisa, que debe hacerse “bajo los principios de
universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad”
por ello nuestra obligación es garantizarlos en el marco normativo y
vigilar su cumplimiento en el ejercicio de las políticas públicas.
Y
por ello me parece oportuno visibilizar uno de los muchos mensajes
que han destacado el valor de la una niña que ha sido condecorada
con el Premio Nobel de la Paz (2014) convirtiéndose en la ganadora
más joven que lo haya recibido:
“Yo
no hablo por mí, sino por aquellos cuya voz no puede ser oída.
Aquellos que han luchado por sus derechos. Su derecho a vivir en paz.
Su derecho a ser tratados con dignidad. Su derecho a la igualdad de
oportunidades. Su derecho a ser educados”2
Correo
electrónico: rociog@prodigy.net.mx
Tuiter:@rgolmedo
Facebook:
Palabra de Mujer Atlixco
rociogarciaolmedo.blogspot.com
1
Datos de Instituto Nacional de las Mujeres, consultados en
www.inmujeres.gob.mx
2
Yousadzai Malala. Yo soy Malala, Alianza Editorial, S.A.
Madrid, 2013
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