martes, 3 de febrero de 2015

Caen Ventas y Costumbres De La Candelaria En Texmelucan

 
Sección: Noticias
Autor: Laura Roldán


San Martín Texmelucan, Pue.- La Administración del Mercado Domingo Arenas recortó los permisos para la venta de todo lo relacionado con el ajuar del Niño Dios, los vendedores de fruta, ceras flores y Ropa advierten que la costumbre y los ingresos decrecieron gradualmente en los últimos 15 años y la religión católica llama a respetar la imagen del hijo de Dios para no desvirtuar la fe sin incurrir en los excesos.

Sin especificar el monto de los recursos que por este concepto ingresarían a las arcas municipales, Gustavo Berra Medrano, Administrador del Mercado Domingo Arenas, explicó que se hizo una revisión exhaustiva a padrones de otros años y de acuerdo con las condiciones para la venta de ropa y demás elementos que componen la vestimenta de las imágenes de Niño Dios el número de puestos autorizados se redujo a 30, con la garantía de proveer de las instalaciones eléctricas adecuadas para que los artesanos trabajaran el silicón que utilizan para manufacturar sus productos.

La ropa, que va desde los sencillos ropones, hasta atuendos con alas y otro tipo de telas varían en costo y también por el tamaño de la imagen, Jorge Hernández Vázquez, quien vende en el Domingo Arenas desde hace 15 años, asegura que se han desbordado los comerciantes, situación que los obliga a disminuir costos ante la merma de sus ventas, explicó que para vestir al niño es depende del modelo y de la costumbre.

El primer año van vestidos de blanco con ropón o mameluco y acostados en un moisés, el segundo año ya llevan colores y se entregan sentados y el tercer año se entregan en una silla especial de Niño Dios o en una “pianita” para que vayan parados, y en un nicho, es la etapa del padrinaje y consta de tres años, además de las sandalias, ropa interior, y accesorios, coronas, rayos, báculo, palomas y flores, para todo ello, los padrinos deben invertir desde 70 pesos hasta alrededor de 300 pesos, dijo: dependiendo el modelo.

Por su parte vendedores de fruta argumentaron que los enormes canastos que en otros años se vendían para entregar al Niño Dios, ahora son pocos y en su lugar, la gente se limita a compras austeras que no pasan de los arreglos frutales de 150 pesos, toda vez que los padrinos deben comprar también las flores y otros enseres.

Elizabeth Arroyo, argumenta que las flores tienen sus temporadas buenas, como es diciembre y mayo, pero aunque son parte fundamental de la ceremonia de entrega del Niño Dios, tales como las rosas blancas y los crisantemos, en la costumbre vivida desde hace 35 años que es la antigüedad de su puesto al interior del Domingo Arenas, la costumbre cambio y ahora la gente ya no invierte en grandes arreglos cotizados en 500 pesos y se limita a comprar ramos pequeños que no van más allá de 30 y 50 pesos.

Otra parte importante de la tradición de la candelaria son las velas, adornadas o sencillas, Leticia Castillo Durand, dice que la venta bajo pues la gente ya no tiene condiciones para invertir tanto dinero en conservar la tradición, comprar una cera requiere de una inversión desde diez pesos, hasta 40 y 50 pesos, en promedio, estas se caracterizan por tener adornos relacionados con el tema, también compran veladoras a la hora de la entregada, estas van en un vaso y se venden de acuerdo al tamaño de la imagen, su costo va desde los 8 y hasta los 18 pesos, no obstante reconoce que en 25 años de vender esta mercancía, la venta decrece, por desapego a las tradiciones y por falta de solvencia económica de los ciudadanos.

En representación de la Iglesia, el Padre Arturo Hernández Hernández, Vicario de la Parroquia de san Martín Obispo de Tours advirtió que en alrededor de dos siglos de existencia, el sentido de la fiesta de la candelaria, celebrada el 2 de febrero, inicialmente fue la fiesta de la Purificación de la Virgen María o la fiesta de la presentación de Nuestro Señor Jesucristo, quien es llevado al templo con la presencia de Simeón y Ana, quienes en la historia de la fiesta del encuentro Dios niño con su pueblo representado en esos dos personajes.

Explico que para no desdibujar la sincronización de costumbre y religión: el niño es niño y no puede ser otra cosa, no es ángel, no es futbolista, ni arcángel ni santo, es el hijo de Dios que se hizo hombre, no obstante reiteró el respeto a la costumbre y reconoció que aún falta mucho para generar conciencia en la gente, reconoció que la mercadotecnia tiene su parte importante donde los vendedores tiene el atuendo de San Juditas, de San Juan Diego y ahí se olvida y se confunde que es niño y es Dios, reiterando que no se puede cambiar ni de nombre ni de aspecto.

Al final, sugirió que para festejar, sin incurrir en los excesos, se trata de una fiesta de la fe y la mayor alegría de dios es el encuentro que denota la celebración, por ello en el sentido de fe y de compadrazgo debe existir respeto para no desvirtuar la práctica de la fe de fiestas milenarias en todo el mundo, la fiesta de la Candelaria que alude a la candela y a la luz evoca a Cristo como la luz del mundo que va guiando el sendero de la humanidad en su encuentro hacia él.

Finalmente, entre el desacomodo de las costumbres, las crisis económicas y la crisis de las costumbres, la tarde del dos de febrero, los anfitriones prepararon tamales, atole y con una mesa muy adornada recibieron a los compadres quienes con un ramo de flores, otro de romero y con el Niño Dios en brazos, luego de ser bendecido en la iglesia, así muchas familias sobrevivieron a su realidad y a su tiempo, otras se limitaron a ir al mole a Santa María Moyotzingo, otros más, en la observancia de su cotidianidad, permanecieron indiferentes a las tradiciones religiosas y profanas en todo el país y en el Valle de Texmelucan.




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